Viena en 1886 era una ciudad de cafés elegantes, grandes óperas y una comunidad artística próspera y aventurera. Es aquí donde Emilie, de doce años, conoce al controvertido libertino y pintor Klimt.
Contratada por su padre burgués para las lecciones básicas de dibujo, introduce a Emilie en una subcultura de artistas disolutos, modelos desenfrenadas y clientes decadentes; seguir a Emilie mientras florece de una niña ingenua a una de las costureras más exclusivas de Europa y la modelo y amante más querida de Klimt: la mujer que posó para la obra maestra de Klimt, El beso, y cuyo nombre pronunció con su último aliento.
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