La epidemia de gripe que provocó miles de muertos en Boston y en todo el país, la gran huelga de policía que acabó con los célebres disturbios de 1919, los primeros intentos -tímidos y mayormente infructuosos- de la población negra para ganarse su libertad, la inminente instauración de la Ley Seca, los triunfos de Babe Ruth, el primer gran mito del béisbol...
Cualquier otro día conforma un colosal fresco histórico del convulso Estados Unidos de los años previos a la gran depresión.
Boston, 1926. Joe Coughlin, hijo de un eminente capitán de la policía de la ciudad, no está siguiendo precisamente los pasos de su padre. Empezó con pequeños hurtos, pero ya ha dado el salto a crímenes de más envergadura. Su ascendente carrera en el mundo de los gangsters en plena Prohibición lo llevará del Boston de la Edad del Jazz al barrio latino de Tampa y las calles de Cuba.
Y en su camino se cruzará una mujer, Emma Gould, que cambiará para siempre su vida. ¿Puede un hombre ser al mismo tiempo un buen criminal y una buena persona? Dennis Lehane, uno de los autores verdaderamente importantes del género en activo, ha escrito una novela arrolladora sobre el amor y la venganza, sobrela traición y la redención
Padre de un niño de diez años al que adora, el antaño todopoderoso Joe Coughlin casi ha logrado cortar amarras con su turbulento pasado, aunque no del todo, pues ejerce de consejero del importante clan mafioso de los Bartolo.
Pese a ello, lleva una vida más o menos tranquila hasta que dos hechos inquietantes vienen a perturbarla: la aparición del fantasma de un chico que le resulta vagamente familiar, y, mucho más grave, el soplo de que alguien ha puesto precio a su cabeza y planea matarlo durante el Miércoles de Ceniza.
Así pues, entre su tarea de mediador entre clanes mafiosos al borde del conflicto y sus pesquisas para descubrir quién quiere acabar con él, Joe se verá retrotraído a los viejos tiempos, aquellos años de traiciones y venganzas, bañados en sangre, donde cada día podía ser el último. Y es que tal vez haya llegado al fin la hora de pagar por sus pecados.
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