Entonces aparece Ren Owens, con sus ojos verdes y su metro noventa de tentación, a desestabilizar las barreras que ella misma se había impuesto… Y es que Ren es la última persona que Ivy necesita en su vida. Bajar la guardia con él es tan peligroso como ir a la caza de las hadas infernales que asolan las calles. Ivy necesita algo más que las exigencias de su deber, pero ¿valdrá la pena abrir su corazón? ¿O quizás el hombre, que reclama su alma y su corazón, podría causarle más daño incluso que los seres antiguos que amenazan la ciudad?
Todo lo que creía saber Ivy Morgan se ha venido abajo. Tras ser traicionada y estar a punto de morir a manos del Príncipe de los Faes, ha de guardar a toda costa un secreto perturbador. Porque, si la Orden lo descubre, la matará.
Y luego está Ren Owens, el miembro de la Élite de la Orden, tatuado e irresistible, que ha conquistado la cama y el corazón de Ivy. Entre ellos hay una química abrasadora, pero Ivy sabe que Ren valora por encima de todo su deber hacia la Orden. Jamás la tocaría si conociera la verdad. Tal vez incluso la mataría. Pero, ¿puede Ivy seguir mintiéndole?
Cuando el Príncipe de los Faes comienza a estrechar el cerco sobre ellos, decidido a abrir de manera permanente los portales hacia el Otro Mundo, Ivy se queda sin alternativas. Si no descubre de inmediato en quién puede confiar, no será solamente su corazón el que acabe destrozado, sino toda la civilización humana.
No hay comentarios
Publicar un comentario