¿Cómo castigarías a un Dios inmortal?
Volviéndolo humano.
Después de enojar a su padre Zeus, el dios Apolo es arrojado del Olimpo. Débil y desorientado, aterriza en la ciudad de Nueva York como un adolescente normal.
Ahora, sin sus poderes divinos, el dios de cuatro mil años de edad, tiene que aprender a sobrevivir en el mundo moderno, hasta que de alguna manera se pueda encontrar una manera de recuperar el favor de Zeus.
Pero Apolo tiene muchos enemigos, dioses, monstruos y mortales que les gustaría ver al ex olímpico destruido para siempre. Apolo necesita ayuda, y él puede pensar en un solo lugar a donde ir. . . un enclave de modernos semidioses conocidos como el Campamento Mestizo.
Todo el mundo sabe que no hay que meterse con Zeus, pero su hijo Apolo consigue sacarle de sus casillas. Para castigarle, el Dios del trueno decide mandarlo a la tierra bajo la apariencia de Lester, un adolescente granujiento y sin poderes, claro.
Ahora el único modo que tiene Apolo de regresar al monte Olimpo es devolviendo la luz a las profecías de los oráculos que se han oscurecido. Pero ¿qué puede hacer Apolo sin sus poderes? Tras superar una serie de pruebas peligrosísimas (y para qué engañarse, bastante humillantes) en el Campamento Mestizo, se embarcará en un viaje a través de Estados Unidos para conseguir localizar a todos los oráculos. Por suerte, todo lo que ha perdido en poderes lo ha ganado en amistades... así que no va a tener que hacerlo todo solo.
Antes era el glorioso dios Apolo.
Ahora es Lester, un simple mortal.
No te pierdas la última parte de la saga más espectacular de Rick Riordan: #LasPruebasDeApolo.
Con la ayuda de algunos amigos semidioses, Lester ha conseguido sobrevivir a las dos primeras pruebas: una en el Campamento Mestizo y la otra en Indianápolis, donde Meg recibió la profecía oscura. Las palabras que pronunció sentada en el Trono de la Memoria revelaron que un dream team de tres emperadores romanos supervillanos planea atacar el Campamento Júpiter.
Mientras Leo vuela a toda velocidad para alertar a los miembros del Campamento del peligro inminente , Lester y Meg deberán cruzar el Laberinto para encontrar al tercer emperador (y a un Oráculo que habla con juegos de palabras) en algún punto de suroeste de América. Por suerte, había un verso en la profecía que les da un poco de esperanza: Solo el guía ungulado sabe cómo no perderse. Está claro que van a tener un sátiro que les acompañe y Meg sabe exactamente a quién tiene que pedir este favor.
Todo el mundo sabe que no hay que meterse con Zeus, pero su hijo Apolo consigue sacarle de sus casillas. Para castigarle, el Dios del trueno decide mandarlo a la tierra bajo la apariencia de Lester, un adolescente granujiento y sin poderes, claro.
Ahora el único modo que tiene Apolo de regresar al monte Olimpo es devolviendo la luz a las profecías de los oráculos que se han oscurecido. Pero ¿qué puede hacer Apolo sin sus poderes? Tras superar una serie de pruebas peligrosísimas (y para qué engañarse, bastante humillantes) en el Campamento Mestizo, se embarcará en un viaje a través de Estados Unidos para conseguir localizar a todos los oráculos. Por suerte, todo lo que ha perdido en poderes lo ha ganado en amistades... así que no va a tener que hacerlo todo solo.
Antes era el glorioso dios Apolo.
Ahora es Lester, un simple mortal.
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Con la ayuda de algunos amigos semidioses, Lester ha conseguido sobrevivir a las dos primeras pruebas: una en el Campamento Mestizo y la otra en Indianápolis, donde Meg recibió la profecía oscura. Las palabras que pronunció sentada en el Trono de la Memoria revelaron que un dream team de tres emperadores romanos supervillanos planea atacar el Campamento Júpiter.
Mientras Leo vuela a toda velocidad para alertar a los miembros del Campamento del peligro inminente , Lester y Meg deberán cruzar el Laberinto para encontrar al tercer emperador (y a un Oráculo que habla con juegos de palabras) en algún punto de suroeste de América. Por suerte, había un verso en la profecía que les da un poco de esperanza: Solo el guía ungulado sabe cómo no perderse. Está claro que van a tener un sátiro que les acompañe y Meg sabe exactamente a quién tiene que pedir este favor.
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