
Allí conoce a su compañero de habitación, El Coronel, y a Alaska, la chica más peculiar del internado. Alaska tiene un novio al que apenas ve; es atrevida, inteligente, sexy, descarada, misteriosa, y tiene un trágico pasado que la tortura: cuando sólo tenía ocho años, vio morir repentinamente a su madre en la cocina de su casa sin que ella pudiera hacer nada. Desde entonces, se se odia a sí misma por no haber sabido ayudarla y vive en lo que llama «el laberinto de sufrimiento».
Tras semanas de acercamiento, dudas y emociones, por fin Miles y Alaska se besan. Todo parece ir bien hasta que de forma inesperada, ocurre una tragedia que los separará para siempre: Alaska irrumpe en la habitación de Miles y El Coronel, alterada, bebida y muy nerviosa, farfullando que ha vuelto a meter la pata y que tiene que irse…
Muchas Gracias. bss, carlota
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